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La Compañía de Santa Bárbara

Agustina de Aragón

En honor a todas aquellas mujeres que demostraron su fuerza y valentía.

En 1807 se firma el Tratado de Fontainebleau, en el que se acuerda la invasión militar de Portugal (aliado de Inglaterra) por parte de tropas franco-españolas y se concede premiso de paso al ejército francés. Así fue cómo las puertas del país quedaron abiertas para Napoleón que, lejos de cumplir con lo pactado y con otras pretensiones en mente, decidió quedarse

Supongo que Napoleón jamás pensó que un pueblo sin rey ni gobierno fuese a oponer tanta resistencia, y supongo también que jamás creyó que aquellos primeros levantamientos populares terminarían por convertirse en una guerra que, por tesón y espíritu de sacrificio, terminó por ganar el pueblo español.

Muchos de los episodios que acontecieron por aquella época son ampliamente conocidos – el alzamiento del pueblo de Madrid, de Móstoles, Talavera de la Reina, la resistencia de Zaragoza y Valencia, la contienda de Valdepeñas, la batalla de Bailén… – y en muchos de ellos hubo mujeres que dejaron escritos sus nombres en letras mayúsculas.

La Guerra de la Independencia demandó la lucha de toda la población civil, y en ella las mujeres tomaron papeles muy diversos que van desde el abastecimiento y el cuidado de heridos hasta el espionaje o la participación activa en el combate.

Archiconocidas son:

Agustina Zaragoza Doménech (Agustina de Aragón).  Como otras mujeres, abastecía a los soldados con comida y agua; sin embargo, no dudo ni un minuto en tomar el botafuego de manos de un soldado herido y disparar el cañón que a la postre frenó la toma de la puerta del portillo de Zaragoza.

Manuela Malasaña. Murió a los 15 años de edad aquel 2 de mayo de 1808. Su leyenda la sitúa como una de las heroínas del levantamiento popular. Sin embargo, hay versiones que contradicen su heroicidad. Sea como fuere, su leyenda continúa viva y hoy el antiguo barrio de Maravillas se conoce como Malasaña.

María Consolación Domitila (la Condesa de Bureta). Organizó un cuerpo de mujeres para que se encargasen de auxiliar a los heridos y alimentar a los soldados de los puestos más avanzados en el sitio de Zaragoza.

Manuela Sancho. Mientras que en el primer sitio de Zaragoza actuó como proveedora, en el segundo pasó a la defensa armada y activa de la ciudad. Palafox la distinguió con honores por la defensa que realizó del Convento de San José.

María Bellido. Su nombre, su mito representan en realidad a todas aquellas aguadoras que participaron en la Batalla de Bailén. La leyenda cuenta cómo, aquel caluroso día, la muchacha daba de beber a los soldados, y cómo al ofrecer al general Reding el cántaro éste fue atravesado por una bala, y María sin inmutarse tomo el pedazo que aún conservaba agua para volver a ofrecerlo al general. En el escudo de Bailén aparece este cántaro del que mana agua que recuerda el hecho.

Clara del Rey, Casta Álvarez, María Lostal, Juliana Larena, María Artigas, Sister Ráfols, María Agustín. Todas forman parte de la historia, de la leyenda. Sin embargo, en la intrahistoria, oculta a nuestro conocimiento, se encuentra una larga lista de heroínas que igualmente lucharon por la libertad, lo que les costó a muchas de ellas la vida.

Entre ellas se encuentran todas aquellas mujeres gerundenses que formaron La Compañía de Santa Bárbara.

Gerona sufrió 3 sitios. Al ser una ciudad militarmente débil, todos sus habitantes se vieron obligados a defenderla, incluso las mujeres. Era tal su pasion y valentía, que el general Álvarez de Castro decidió encuadrarlas militarmente, ofreciéndoles los mismos derechos que a los soldados. Nace la Compañía de Santa Bárbara. Compuesta de 200 plazas, 4 Comandantas, 8 Sargentinas y 8 Esquadristas, la Compañía se distinguirá por el lazo encarnado  puesto sobre el codo del brazo izquierdo a modo de brazalete. La función de la Compañía era atender los puntos de los baluartes repartidos por toda la ciudad, dando auxilio a los soldados, ya fuera en labores de intendencia, ya trasladando heridos a los centros de curas más cercano. Y en algún que otro caso, la lucha armada.

Debió de ser terrible ver cómo Fernando VII, al recuperar el trono, aplastó y negó con su poder absolutista la libertad por la que todo un pueblo, todas esas mujeres, habían luchado.

¡Feliz día de la mujer!

 

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