Estoy casi segura de que los muchachos de 14 no saben lo que significa quinqui, pero para todo aquel que nació antes de los 90 esta palabra tiene un significado bastante claro: delincuente o persona sucia, con mal aspecto o mal vestida.
Quinqui proviene de quincallero, y si en un principio sólo aludía a aquellas personas que mercadeaban con quincalla (piezas de metal de escaso valor), con el paso del tiempo adoptó el significado actual. En rigor los quincalleros, mercheros, los hombres echaos p’alante, languilleros, los hombres de la laña, traperos, quinaores, cibiqueros o merchuzos son los chatarreros actuales.
No se sabe bien de dónde proviene este grupo social, nómada, tendente a la endogamia y con una lengua propia y personal. Algunas teorías sitúan su origen en la Europa central del siglo XV- XVI (se piensa que podrían ser descendientes de caldereros alemanes que llegaron a Castilla durante este periodo), otras creen ver su origen en aquellos moriscos que, tras la orden de expulsión, se refugiaron en las montañas y los más inhóspitos lugares e incluso regresaron de forma clandestina a territorio español (de ahí su nomadismo). Pero quizá la teoría más acertada sea aquella que los relaciona con campesinos castellanos sin tierras que se convirtieron en nómadas tras una larga época de hambre y de epidemias .
A pesar de que se les relaciona con los gitanos, los mercheros no son calorros o calós (como ellos los llaman) pero tampoco se consideran payos (jichos o julais). Su habla contempla palabras del castellano arcaico del siglo XVI, del caló y la germanía, (de ahí alguna de las teorías sobre su origen) y está salpicado de proverbios y palabras creadas por ellos mismos. En los años 50 fueron obligados a hacerse sedentarios y pasaron a trabajar como comerciantes de ropa.
Uno de los mercheros más conocidos es Eleuterio Sánchez, alias El Lute.
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