Una de las claves que explica cómo es nuestro universo es que toda la materia que nos rodea está hecha de átomos, de pequeñas partículas que se atraen entre sí pero que se repelen cuando se acercan lo suficiente.
Este es un hecho básico que marca cómo es nuestro mundo, y explica muchos de los fenómenos que nos rodean. Y recíprocamente, se puede deducir la existencia de esas partículas a partir de lo que se observa a nuestro alrededor.
Galileo Galilei es famoso por muchos descubrimientos científicos, pero él valoró mucho uno de ellos que no es muy conocido: descubrió que el comportamiento físico de un objeto no es el mismo si cambia su escala, es decir, si se hace igual pero de otro tamaño.
Es posible hacer pequeñas maquetas de edificios con diseños muy espectaculares, pero que si se construyeran a escala real se caerían de inmediato. Esto es consecuencia directa de que la materia está formada por átomos de tamaño fijo que interactúan con una intensidad concreta, que no aumenta aunque se añadan átomos al objeto.
Y tampoco se podría hacer un edificio similar de tamaño extremadamente pequeño, porque llegaríamos a encontrar sólo unos pocos átomos para construirlo.
Si he logrado ver más lejos, ha sido porque he subido a hombros de gigantes
Bernardo de Chartres, siglo XII
Deja un comentario