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Mi tesoro

Gramática de Antonio de Nebrija

Desde antiguo los hombres han mostrado gran interés en inmortalizar la palabra. Madera, bambú, arcilla, seda, hojas de palma, marfil, plantas acuáticas (papiro), pieles de animales (pergamino), y pulpa de celulosa (papel) son algunos de los materiales que se han utilizado para dicho fin.

Gracias a Gutenberg, a su invento, a partir de 1440 lo que en un principio era el placer de unos pocos se convirtió en el disfrute de muchos. Aquellos primeros libros, los impresos antes de 1501, se denominan incunables (del latín incunabulae, en la cuna), son únicos y su estudio es una importante fuente de información para conocer la evolución y el desarrollo del arte de la imprenta.

El primer libro impreso en España y en castellano es un Sinodal de 1472 que contiene las actas de una reunión celebrada en Segovia. Incunables españoles de gran valor son La Biblia (impresa en Valencia en 1478), Los doce trabajos de Hércules (originalmente escrita en catalán con el título Los dotze treballs de Hèrcules) de Enrique de Villena (Zamora, 1483), Tirant lo Blanc de Joanot Martorell (Valencia, 1490), Gramática de la lengua castellana de Antonio de Nebrija (Salamanca, 1492) y la primera edición de La Celestina de Fernando de Rojas (atribuido este último a Fadrique de Basilea en 1499, afamado impresor que trabajó en Burgos durante treinta años).

Feliz Día de San Jorge, feliz Día del Libro

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