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La traición que costó un reino

Hoy en día los que nos informan de cada uno de los acontecimientos que tiene lugar no sólo en nuestro país sino en el mundo entero son los periódicos, la radio, la televisión e incluso las revistas del corazón. En la Edad Media, sin embargo, las noticias volaban de boca en boca y en ocasiones se traducían en cantares de gesta (s X- XIII) y en romances (s XV).

Cuenta un romance viejo que España quedó en manos de los árabes por culpa de la lascivia de un rey y la venganza de un noble. Pero ¿por qué?, ¿cómo?

¿Por qué?

En la época (SVIII), era habitual que las doncellas nobles fuesen enviadas a la corte. Se supone que el fin era ponerlas a salvo de los peligros de la guerra y que conviviesen con otras damas, pero en realidad no era más que un trampolín para conseguir el mejor partido posible entre los caballeros nobles.

Una de las más bellas debió de ser Florinda, hija del conde don Julián, gobernador de Ceuta. Según cuenta el romance, nada más verla el rey, don Rodrigo, quedó prendado de su belleza, hasta el punto de obsesionarse con ella. Como sus requiebros no daban fruto, decidió tomarla a la fuerza y he ahí el pecado que terminará pagando con su reino.

¿Cómo?

Enterado el conde de la deshonra de su hija, decide llevársela de nuevo a casa y urde un plan para vengarse del rey. Sabedor del interés de los musulmanes por las tierras españolas, se pone en contacto con Muza, regidor de los territorios del norte de África y general de del califato Omeya. Le habla de la desestabilidad del reino, de las constantes luchas entre los partidarios de Don Rodrigo y Agila II y le ofrece su ayuda para la invasión. Muza acepta y como resultado en el año 711 un nutrido ejército con Tariq al mando desembarca en Gibraltar y a orillas del río Guadalete derrota al rey visigodo.

Obviamente todo lo referido en el romance es parte de la leyenda que se forjó tras la conquista árabe de la península. Aunque no hay fuentes claras de cómo se produjo la invasión, sí sabemos que el motivo no fue la deshonra de Florinda.

La realidad es que los musulmanes se encontraban en plena expansión y ya habían hecho incursiones en la península con el fin de reconocer el terreno. Si a esto unimos los conflictos internos por alcanzar el trono, provocados por la muerte de Witiza, entre los nobles partidarios de don Rodrigo, y  los de Agila II (hijo de Witiza), más la hambruna que había diezmado la población y las alianzas de algunos nobles con el enemigo, el resultado  no puede ser otro que el de la invasión y la toma del territorio en menos de una década.

Podéis encontrar los romances referidos a don Rodrigo en el siguiente enlace:

http://www.cervantesvirtual.com/obra-visor/romancero-viejo–0/html/fedb667c-82b1-11df-acc7-002185ce6064_3.html#PV_31_


Romance viejo: manifestación propia de la lírica popular española del siglo XV. De carácter anónimo y una gran variedad temática, estos poemas narrativos estaban destinados al canto o recitación. Se pueden encontrar numerosas versiones de un mismo romance, según las preferencias populares de cada lugar. Estas composiciones siempre han sido una constante fuente de inspiración para la poesía y el teatro españoles de todos los tiempos.

Fuentes: Las principales referencias de origen árabe son un texto de Ibn Habib y otro de Ibn Abd al-Hakam. Ambos se redactaron un siglo después de la invasión. El texto más cercano en el tiempo es la Crónica 754 escrita por un mozárabe (cristiano residente en el territorio conquistado por los árabes).

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