Los seres humanos poseemos dos sistemas hereditarios, los genes y el lenguaje, que se van transmitiendo generación tras generación.
Es difícil decir cuándo exactamente el hombre comenzó a hablar, si fue repentinamente o un proceso lento y gradual. Sin embargo, siguiendo el rastro de pronombres y números (“yo”, “tres”) en el tiempo, es posible descubrir regularidades y “alelos” comunes entre todas las lenguas del mundo, que nos llevan a pensar que, al igual que sucede con los homínidos, todas ellas tienen un ancestro lingüístico común.
La mayor parte de las lenguas del continente Europeo provienen del Indoeuropeo (el nombre de la familia es geográfico, sugiere que hay miembros asiáticos y europeos), una lengua común que fue sufriendo mutaciones y dio origen a las distintas ramas hoy conocidas: la Anatólica (todos los miembros de esta rama se han extinguido), la Armenia (compuesta por el armenio), la Irania (persa, tajik, kurdo, pashto, baluchi y varios lenguajes extintos), la Indica (el sánscrito), la Tocárica (tocáricos A y B, ambos extintos), La Germánica (alemán, inglés, lenguas escandinavas, excepto el finlandés), la Itálica (el latín y sus descendientes portugués, español, catalán, provenzal, francés, italiano, rumano), la Báltica (lituano y letón, además del extinto prusiano), la Eslava (ruso, ucraniano, polaco, checo y serbo-croata, entre otros), la Céltica (irlandés, escocés, galés y bretón y varias lenguas continentales extintas), la Helénica (el griego), y la Albanesa (el albanés).
Aunque parezca imposible parece ser que todas ellas tienen un origen común. Por ejemplo la palabra “tres” sería en Indoeuropeo: treyes, Germánico: θreiz, Celta: treis, Latín: trēs, Báltico: trijas, Eslavo: trĭje, Albanés: tre(ye), Anatolio: tri-,Griego: treis, Sánscrito: tri, Lituano: trys, Hitita: trias, Trocario: tre, Indo-Iranio: trayas. Como podéis comprobar la raíz es similar.
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