Cuando uno piensa en las grandes cordilleras de la Tierra le vienen a la cabeza los Andes, el Himalaya; a nadie se le ocurre pensar en la Dorsal Meso-Atlántica, cuando en realidad es ésta y no otra la cadena montañosa más grande del mundo.
Con 16.000 km de largo (recorre el Océano Atlántico de norte a sur) y 800 de ancho, posee una altura mínima de 900 metros y la media es de entre mil y tres mil. Su pico más alto, el monte Pico, suma 9300 metros, 7000 bajo el nivel del mar y 2300 elevándose como parte de una de las islas de las Azores.
¿Qué es una dorsal oceánica?
Físicamente la Tierra se divide en litosfera, astenosfera, mesosfera y endosfera y químicamente en corteza, manto y núcleo.
La litosfera, con un grosor de entre 11 y 70 kilómetros, es la parte exterior de la Tierra. Está compuesta por una serie de placas tectónicas de distintas dimensiones que interactúan y se desplazan.
Las dorsales oceánicas son los bordes divergentes de dos placas cuyo centro está surcado por un valle, una grieta, en la que se originan sismos y erupciones volcánicas. Por las dorsales emergen rocas fundidas (magma) que se van acumulando. Esta acumulación hace que el océano se extienda y que la corteza más antigua se separe a ambos lados de la dorsal y por lo tanto se produzca la escisión de las placas. Y es así como se generan las cordilleras submarinas, algunas de ellas asoman incluso a la superficie en forma de isla (como en el caso de Islandia) o archipiélago volcánico.
La dorsal oceánica Meso-Atlántica divide las placas euroasiática y norteamericana en el norte y la africana y sudamericana en el sur. Su actividad es la causante de que desde hace 180 millones de años Europa y África estén cada vez más alejadas de América del Norte y del Sur, unos 2-3 cm al año.
Aunque ya se intuía su existencia, la dorsal fue descubierta en 1872, mientras se investigaba la futura ubicación de la primera línea transatlántica de telégrafos. Desde entonces el profuso estudio de los lechos marinos y el descubrimiento de un sistema de dorsales mundial han dado paso a la admisión de la teoría de la deriva continental, del movimiento de las placas tectónicas que produjo la ruptura de Pangea y la consecuente aparición de los distintos continentes.
Placas tectónicas: pueden ser oceánicas o mixtas. Las oceánicas se encuentran sumergidas por completo en el océano. Las mixtas se encuentran parte en el continente y parte en el océano. La mayor parte de las placas pertenece a esta última categoría.
Pangea: hace 300 millones de años se produjo un movimiento de placas que dio lugar a un supercontinente que prácticamente agrupaba toda la Tierra emergida del planeta en un sólo continente llamado Pangea.
Deja un comentario