No fueron pocas las veces que mi abuela me dijo eso de “Tienes más cuento que Calleja”, ni pocas las que me pregunté quién sería ese Calleja que tanto cuento tenía. Saturnino Calleja fue un gran editor español de finales del siglo XIX. Comprometido con la labor educativa y social, abarató el precio de los libros para que pudiesen estar al alcance de todos. En un país en el que el analfabetismo rondaba al 70 % de la población, había que fomentar la lectura. Comenzó a publicar, e incluso en algunos casos a escribir, sus famosos cuentos en 1884. Se trataba de pequeños libros de entre 5x7 cm y 29x21 cm, con portadas a todo color y cuidadas ilustraciones (en contra posición a los que había hasta el momento), que incluían reseñas históricas, crucigramas y acertijos y que comenzaron costando 2,5 céntimos. La mezcla perfecta, buen precio, entretenimiento y aprendizaje, fue un éxito rotundo. Aunque él murió en 1915, la editorial Calleja continuó su labor hasta su desaparición en los años 50.