En Europa, hasta bien entrada la Edad Moderna se creyó que algunas especies de gansos (las del género Branta) eran la metamorfosis madura de los percebes. En inglés se llamaba barnacles tanto a estos animales cirrípedos como a esas aves.
Ese era uno de los modos en que la gente burlaba el ayuno de carnes durante la Cuaresma, dado que según el cristianismo durante ese período las únicas carnes que se podían comer eran las de pescados y mariscos. De este modo se clasificaba como pescados a las aves que se nombraban de la misma manera que los percebes. Incluso, en alguna ocasión, se hacía lo mismo con otras especies similares (ánsares, patos).
Entre los argumentos para tan curiosa taxonomía estaba el hecho de que los percebes tienen apéndices que recuerdan a plumas y que, al tratarse los gansos de aves migratorias, no se conocían sus nidos ni su cría.
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